sábado, 8 de febrero de 2014

historia de alcantarillado


ACTIVIDAD 1



ALCANTARILLADOS

PRESENTADO A: JAVIER BOBADILLA

PRESENTADO POR: JEAN CARLOS MONCADA OSPINA

FECHA: 09/02/2014

SENA. CDATTG








historia de alcantarillado

es analizar las relaciones de intercambio social de bienes y servicios que se producen en un suburbio urbano con respecto al ámbito del saneamiento básico, que incluye los procesos de producción, distribución y eliminación del agua, los residuos líquidos y las basuras. En este caso concreto, el análisis de las prácticas de reciprocidad y redistribución, con especial énfasis en sus vinculaciones con la moralidad, se realizan tomando en cuenta los datos etnográficos procedentes de una investigación
antropológica sobre saneamiento y salud en un suburbio brasileño-^
Partimos de la hipótesis que las formas de intercambio social que se producen en los suburbios urbano-marginales para gestionar la escasez de los bienes y servicios de saneamiento básico combinan las prácticas de reciprocidad y redistribución gracias a la integración del principio de eficacia moral (iniciativas,
responsabilidades, obligaciones). Este principio regula parte de los
valores, las normas y las conductas sociales que favorecen la cohesión social.
El análisis comparativo de la reciprocidad de bienes y servicios de saneamiento y las políticas de saneamiento ambiental, aplicadas por las instituciones públicas y los partidos políticos, permite observar el modo de organización social y las relaciones de poder y explotación en un suburbio urbano marginal. Por ejemplo, para los actores sociales, el saneamiento se convierte, por un lado, en una promesa política que los representantes de los partidos intercambian por votos y, por el otro, en un instrumento ideológico que representa un modo «más digno» de vivir en la ciudad y de conquista de la ciudadanía.

Espacio y saneamiento Nova Constituinte es un suburbio situado en un cerro, limitando en la parte baja con el barrio de Periperí y en la parte alta con el de Coutos. Este cerro está rodeado por un afluente del río Paraguarí, utilizado como cloaca por sus vecinos y los del barrio aledaño llamado Vista Alegre. La zona donde se ubican los barrios de Periperí y Coutos es conocida como Suburbio Ferroviario, por situarse en la periferia de la ciudad de Salvador y contar como arteria principal de comunicación una vía férrea, que en los últimos años ha sido sustituida por la carretera Suburbana. Esta zona se expandió con motivo del desarrollo industrial que tuvo lugar en la ciudad de Salvador y las consecuentes migraciones durante la década de los sesenta.
Este suburbio se formó a partir de un movimiento de ocupación de tierras en enero de 1985, aunque algunos informantes se refieren a la presencia de ocupantes desde 1983, y recibió este nombre en conmemoración a la nueva Constitución aprobada en Brasil al comienzo de la etapa democrática.
Desde entonces, ha habido distintos procesos de ocupación que incluyen a familias procedentes del interior del Estado o de otros suburbios de la ciudad que buscan un pedazo de tierra donde construir su casa hasta el desplazamiento, planificado por el ayuntamiento de Salvador, de familias que perdieron sus viviendas por las inundaciones acaecidas en otras zonas de la ciudad. También se instalaron familias, procedentes del centro histórico Maciel-Pelourinho, que habían sufrido la expropiación de sus viviendas por parte del ayuntamiento y cuya remuneración percibida era tan baja que solamente les permitía comprar tierra en suburbios limítrofes. Otra de las prácticas de ocupación se caracteriza por la especulación y venta fraudulenta de terrenos en lugares sin infraestructura alguna y con riesgo de corrimiento de tierras.

Basuras, cloacas y redistribución

¿Cuáles son las mercancías usadas que todavía pueden ser objeto de intercambio? ¿Qué tipo de transacciones se producen entre objetos que constituyen el límite entre las mercancías y los residuos? ¿Qué tipo de sanciones morales, obligaciones y compromisos existen con el intercambio de «basuras»? ¿Qué valor moral y económico guardan las basuras? ¿Qué objetos pueden conservarse y cuáles deben tirarse? En el caso de las basuras, el acto de seleccionar aquello que es basura de lo que no lo es está condicionado por la falta de una definición clara. El límite que se establece entre una mercancía y un objeto inútil no solamente depende de su capacidad de satisfacer las necesidades materiales individuales sino del valor de ser intercambiada socialmente. De un modo general, observamos que la diferencia básica entre una cosa usada y un residuo estriba en la utilidad social que se le confiere al objeto y, por lo tanto, la función que tiene para mantener el intercambio social entre dos o más personas.
Las mercancías se convierten en basuras cuando no pueden «aprovecharse», por parte de una misma persona, y como generadoras de intercambio, lo que significa que ya no circulan socialmente y que han perdido también su polivalencia. La definición más concisa del término de basura que hemos observado
por parte de las mujeres del suburbio es aquella que se refiere al residuo orgánico en estado de descomposición, caracterizado por el mal olor, la insalubridad y la atracción de animales como insectos, ratas, cobras, perros y gatos. Para ellas, aunque los alimentos se deterioren a corto plazo siguen siendo útiles, y por lo tanto susceptibles de no ser definidas como basura, siempre y cuando sean comestibles para los animales y constituyan un abono para las plantas.


Políticas ambientales y clientelismo

El análisis de las acciones políticas locales en torno al saneamiento urbano nos permite observar cómo se construyen las relaciones de poder en el plano local (líderes barriales, vecinos, etc.) e institucional (partidos políticos e instituciones). Para los actores sociales, el saneamiento básico constituye una conquista de su ciudadanía, ejercida por acciones de lucha y resistencia, así como
una promesa política que los representantes de los partidos intercambian por votos durante el período electoral. En este último caso, el activismo político suele organizarse socialmente de manera desigual mediante un sistema de alianzas entre los representantes políticos y los líderes barriales durante la campaña electoral. De ese modo, la instalación del saneamiento básico es considerada una obligación de los partidos políticos para devolver la donación que los habitantes han llevado a cabo mediante sus votos. Los vecinos dan votos a cambio de la instalación de servicios públicos y el cumplimiento de favores personales. La lealtad al partido político, que se traduce con el apoyo durante la campaña electoral, depende de la devolución de las promesas tanto a un nivel personal como colectivo, con preferencia durante el período electoral. Sin embargo, se observa que cuanto mayor sea la confianza entre el líder barrial y el representante del partido menor será la urgencia exigida para el cumplimiento de la devolución de las promesas realizadas durante la campaña. Las crisis de confianza y lealtad se producen sobre todo cuando se incumplen las promesas durante el período legislativo y más cuando el partido político que ha recibido el apoyo haya conseguido ganar las elecciones. Finalmente, las mayores urgencias de devolución por parte de los partidos para garantizar la lealtad de los representantes locales suelen establecerse a un nivel personal (cemento, dinero, empleo, plaza en un hospital, etc.), para luego concretarse a un nivel colectivo (servicios públicos). El prestigio de los representantes políticos
y locales se asienta en el derecho que los habitantes del suburbio tienen a la hora de exigir la devolución de la deuda social mente contraída. Observamos a continuación dos casos etnográficos para analizar mejor las acciones políticas desarrolladas en este suburbio: la conquista del sistema público de agua corriente y la instalación de la red de alcantarillado.

El suministro público de agua corriente: de las fuentes a la red


La memoria oral de las mujeres del suburbio sobre los comienzos de la ocupación de tierras hace referencia a ejemplos de lucha social y política para conseguir la instalación del sistema público de agua corriente. Primero, observamos la evocación de una organización social de la vida cotidiana sin red pública de aguas, donde dos fuentes públicas («chafariz»), a ambas entradas a la invasión, constituían el único punto de suministro donde niños, mujeres y ancianos realizaban enormes colas para llenar varios recipientes. Motivo de conflictos y de relaciones sociales, la práctica de recoger agua en la fuente pública es recordada como un primer acontecimiento de la vida social. Si en esa época hubieras estado aquí te quedarías impresionada. En la fila del «chafariz» ocurría de todo: amor, golpe, rabia, pelea, odio. Era una locura (...). Era una confusión. El «chafariz» era el punto de partida, el «point» de Nova Constituinte. Con decirte eso te lo digo todo. Todo lo que puedas pensar, imaginar había. Se peleaban por causa del agua, por causa de los recipientes, por causa del lugar. La gente se levantaba a la una de la mañana, a las dos de la mañana para llenar los recipientes. Que esa agua llegara aquí era realmente una bendición divina (...) Mujeres, hombres, niños, anciano iban sin distinción ni hora. El  «chafariz» estaba muy frecuentado de día hasta de madrugada. Cogíamos agua de mañana cuando la gente se levantaba. (...) Cada uno iba a la suya (...) Eso de aquí era motivo de amor y de guerra. ¿No te lo dije? La luz no fue tanto, pero el agua, el agua tiene historia. (...) (Raimunda, Nova Constituinte).
Debido a la falta de capacidad para suministrar agua a todo el barrio a través de dos fuentes públicas, se constituyó y legitimó una fuerza política dentro de la comunidad, que consiguió la instalación de la red pública de la compañía de aguas de EMBASA, mediante las alianzas y las presiones realizadas a varios partidos políticos. Las alianzas con representantes políticos permitieron canalizar y agilizar las peticiones del barrio, sobre todo cuando se trataba de resolver
de manera urgente una necesidad básica como era el abastecimiento de agua. Los representantes de la comunidad legitimaron su acción política como principio de reivindicación de los derechos sociales de todos los habitantes del barrio a tener agua. Llegaron a utilizar las alianzas con representantes de partidos políticos, la presión en los medios de comunicación e incluso la petición directa al responsable de la compañía de aguas. Por eso, «nosotros usamos la política», dijo una representante de una asociación de Nova Constituinte: Esas cosas hoy en día funcionan a través de la política, porque en verdad la gente elige los políticos para defender nuestros intereses, ¿no es así?. Pero en la práctica no es nada de eso lo que ocurre (...). Entonces nosotros hicimos un movimiento apoyando... al que era de la oposición.
El PSDB antiguamente estaba más relacionado con la izquierda.

ALCANTARILLADO Y SUS VARIABLES
El más antiguo alcantarillado de que se tiene referencia es el que fue construido en Nippur (India), alrededor del 3750 AC. Posteriormente en los centros poblados de Asia Menor y de Oriente Próximo utilizaron conductos de alfarería, (Creta, 1700 AC). En Atenas y Corinto, en la Grecia antigua, se construyeron verdaderos sistemas de alcantarillado. Se utilizaron canales rectangulares, cubiertos con losas planas (atarjeas, propiamente dichas), que eventualmente formaban parte del pavimento de las calles; a las atarjeas afluían otros conductos secundarios, formando verdaderas redes de alcantarillado.
Existen muchos relatos y descripciones de las alcantarillas de la antigüedad, quizás las más conocidas sean las de la antigua Roma, de París y de Londres, estas dos ultimas alcantarillas construidas en Europa y en los Estados Unidos, se dirigían fundamentalmente a la recolección de las aguas de lluvia. Las aguas usadas de origen humano solo comenzaran a ser conectadas a las alcantarillas en 1815 en Londres, en Boston a partir de 1833, y en París, solo a partir de 1880
El primer sistema moderno de alcantarillado se diseñó en Hamburgo en 1842, utilizando las más modernas teorías de la época, teniendo en cuenta las condiciones topográficas y las necesidades reales de la comunidad. Este hecho significó un espectacular avance, considerando que los principios fundamentales en que se basó el proyecto no se generalizaron hasta inicios de los 1900, y siguen vigentes en la actualidad.

Sistemas de saneamiento y drenaje

Los alcantarillados se pueden construir de dos modos:

  • redes unitarias: las que se proyectan y construyen para recibir en un único conducto, mezclándolas, tanto las aguas residuales (urbanas e industriales) como las pluviales generadas en el área urbana cubierta por la red; y,
  • redes separativas o redes separadas: constan de dos canalizaciones totalmente independientes; una para transportar las aguas residuales domésticas, comerciales e industriales hasta una estación depuradora, estas redes son designadas también como "redes de alcantarillado sanitario"; y otra para conducir las aguas pluviales hasta el receptor, que puede ser un río, un lago o el mar.
Las redes de saneamiento surgieron en las ciudades europeas durante el siglo XIX en respuesta a los problemas sanitarios y epidemiológicos generados por la deficiente evacuación de las aguas fecales. En aquel momento la mayoría de estas ciudades disponían ya de un sistema de cloacas destinadas a la evacuación de las aguas de lluvia y residuales, pero sin conexión a éstas de las bajantes de los edificios. Las aguas residuales se vertían a la calle y la lluvia las arrastraba a las cloacas, desde donde iban a una cauce.
Desde mediados del siglo XX empezaron a construirse redes separativas, tras la aparición de los primeros sistemas de depuración, y con base en los siguientes argumentos:
  • la separación reduce los costes de depuración y simplifica los procesos, puesto que el caudal tratado es menor y, lo que es incluso más importante, más constante;
  • la separación reduce la carga contaminante vertida al medio receptor por los episodios de rebosamiento del alcantarillado unitario.
Siendo correctos los argumentos anteriores, existen también una serie de inconvenientes del alcantarillado separativo que desde finales de los años 1990 están incrementando su uso, principalmente en redes de nueva implantación (la separación de redes unitarias existentes pronto se vio como económica y técnicamente inviable).  
Para el buen funcionamiento de las redes separadas debe prestarse mucha atención a los aspectos que siguen:
  • Debe existir un estricto control de vertidos para evitar que se acometan caudales residuales a la red de pluviales (que irían directamente al medio natural sin depurar) y viceversa. Esto último redundaría en una explotación más compleja y costosa de la red de alcantarillado sanitario.
  • La separación completa implica redes interiores separativas en los edificios, con duplicación de las bajantes. En este frente los costes de instalación son importantes.
  • Las aguas pluviales urbanas no son aguas limpias, si no que suelen estar sucias, por lo que su vertido directo al cauce puede generar una contaminación apreciable.
  • La red de pluviales de una red separativa puede permanecer, en climas secos, sin agua durante periodos de tiempo extensos, sin la autolimpieza de los conductos en tiempo de lluvia, por lo que puede llegar a ser necesaria la descarga de caudales de agua limpia por la red (arquetas de descarga en las cabeceras del saneamiento), reduciendo las ventajas de ahorro y eficiencia.
Con relación a las redes unitarias, los principales problemas son:
  • El coste de instalación es muy superior, entre 1,5 y 2 veces la red unitaria equivalente.
  • Los grandes cambios en el caudal dificultan mucho la operación de las plantas de tratamiento. Frecuentemente en los periodos de lluvias intensas las plantas de tratamiento son simplemente "by-pasadas", vertiendo los efluentes directamente sin tratamiento en los cuerpos receptores o construyendo balsas de retención para guardar durante unos días el exceso de aguas llegadas, mientras se van depurando.

Tendencias actuales

A partir de la última década del siglo XX, se aprecia, en general, una preocupación de los gobiernos, para disminuir la brecha existente entre a cobertura de las redes de abastecimiento de agua y las redes de alcantarillado sanitario. Simultáneamente ya no se acepta pensar en alcantarillado si no se integra también el tratamiento adecuado, en función de la categorización del receptor, de las aguas servidas recogidas. (En Europa es obligatorio en poblaciones de más de 5000 habitantes).
Habiendo casi siempre restricciones de carácter presupuestario, salvo casos excepcionales, las autoridades competentes dan prioridad a las redes de alcantarillado sanitario sobre las redes de recolección de aguas de lluvia.
En muchos países, las características de las redes de alcantarillado se han normalizado.

Alcantarillado sanitario

Inicialmente las redes de alcantarillado sanitario se construían con tubos de cemento, y fibrocemento; en algunos casos se utilizaron tubo de gres; actualmente, el material más utilizado es el PVC.
A partir de la década de 1990 cada vez se hace más frecuente el dimensionamiento de las tuberías considerando no solamente la velocidad mínima del agua en la tubería sino que también se considera la fuerza de arrastre del flujo. Esta variante permite trabajar con pendientes menores, lo que se constituye en una ventaja en zonas muy llanas.

Alcantarillado pluvial

Las redes de alcantarillado pluvial tienen concepciones de las más variadas. Frecuentemente son redes enterradas, pero se combinan con tramos constituidos con canales abiertos.
En la concepción de las redes de alcantarillado pluvial juegan un papel muy importante, además de la topografía, que domina también en el alcantarillado sanitario, el régimen de precipitaciones en la zona.

Componentes de una red de alcantarillado

Componentes principales de la red 

Los componentes principales de una red de alcantarillado, descritos en el sentido de circulación del agua, son:

  • las acometidas, que son el conjunto de elementos que permiten incorporar a la red las aguas vertidas por un edificio o predio. A su vez se componen usualmente de:
    • una arqueta de arranque, situada ya en el interior de la propiedad particular, y que separa la red de saneamiento privada del alcantarillado público;
    • un albañal, conducción enterrada entre esa arqueta de arranque y la red de la calle; y
    • un entronque, entre el albañal y la red de la vía, constituido por una arqueta, pozo u otra solución técnica.
  • las alcantarillas (en ocasiones también llamadas «colectores terciarios»), conductos enterrados en las vías públicas, de pequeña sección, que transportan el caudal de acometidas e imbornales hasta un colector;
  • los colectores (o «colectores secundarios»), que son las tuberías de mayor sección, frecuentemente visitables, que recogen las aguas de las alcantarillas las conducen a los colectores principales. Se sitúan enterrados, en las vías públicas.
  • los colectores principales, que son los mayores colectores de la población y reúnen grandes caudales, hasta aportarlos a su destino final o aliviarlos antes de su incorporación a un emisario.
  • los emisarios interceptores o simplemente interceptores, que son conducciones que transportan las aguas reunidas por los colectores hasta la depuradora o su vertido al medio natural, pero con su caudal ya regulado por la existencia de un aliviadero de tormentas.
Aguas abajo, y ya fuera de lo que convencionalmente se considera red de alcantarillado, se situaría la estación depuradora y el vertido final de las aguas tratadas:
  • mediante un emisario, llevadas a un río o arroyo.
  • vertidas al mar en proximidad de la costa;
  • vertidas al mar mediante un emisario submarino, llevándolas a varias centenas de metros de la costa;
  • reutilizadas para riego y otros menesteres apropiados.

Otros elementos complementarios

Imbornal para el drenaje del agua de lluvia en Buenos Aires.
Archivo:Putdeksel van drukriool (Sewer Manhole cover.jpg)
Tapa de registro de un pozo de alcantarillado.
En todas las redes de alcantarillado existen, además otros elementos menores:
  • Las cunetas, rigolas y caces, que recogen y concentran las aguas pluviales de las vías y de los terrenos colindantes;
  • los imbornales, tragantes o sumideros, que son las estructuras destinadas a recolectar el agua pluvial y de baldeo del viario;
  • los pozos de inspección, que son cámaras verticales que permiten el acceso a las alcantarillas y colectores, para facilitar su mantenimiento.
Y en un cierto número de ocasiones son necesarias otras estructuras más importantes:
  • estaciones de bombeo: como la red de alcantarillado trabaja por gravedad, para funcionar correctamente las tuberías deben tener una cierta pendiente, calculada para garantizar al agua una velocidad mínima que no permita la sedimentación de los materiales sólidos transportados. En ciudades con topografía plana, los colectores pueden llegar a tener profundidades superiores a 4 - 6 m, lo que hace difícil y costosa su construcción y complicado su mantenimiento. En estos casos puede ser conveniente intercalar en la red estaciones de bombeo, que permiten elevar el agua servida a una cota próxima a la cota de la vía.
  • Líneas de impulsión: Tubería en presión que se inicia en una estación de bombeo y se concluye en otro colector o en la estación de tratamiento.
  • Depósitos de retención o también pozos o tanques de retención: estructuras de almacenamiento que se utilizan en ciertos casos donde es necesario laminar las avenidas producidas por grandes tormentas, allí donde no son raras (depósitos, tanques o pozos de laminación, o arcas de expansión); y donde es necesario retener un cierto volumen inicial de las lluvias para reducir la contaminación del medio receptor (depósitos, tanques o pozos de tormentas).

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